Microsoft quiere redefinir el futuro de su ecosistema de consolas. Tras varias semanas de rumores, Sarah Bond, presidenta de Xbox, confirmó que el nuevo hardware se centrará en el mercado premium. Es una decisión que marca un cambio de rumbo claro para la marca.
Los rumores empezaron después de que Microsoft subiera los precios de sus consolas actuales y del servicio Xbox Game Pass. La polémica creció justo antes del lanzamiento de Call of Duty: Black Ops 7, uno de los juegos más esperados del año. Para calmar las dudas, Bond concedió una entrevista a Mashable, donde reveló los primeros detalles sobre la nueva dirección de Xbox.
“Te aseguro que tienes razón: la consola de próxima generación ofrecerá una experiencia premium. Ya empiezas a ver algunas de nuestras ideas en esta portátil, pero no quiero revelarlo todo”, dijo Bond.
La charla giró en torno a la ROG Ally X, una consola portátil creada junto a AMD y ASUS. Este modelo representa el primer paso hacia una estrategia de hardware más abierta. Según Bond, ASUS fijó el alto precio del dispositivo, pero Microsoft podría colaborar con más fabricantes en el futuro. Así, otras marcas podrían lanzar sus propios equipos con la marca Xbox.
Medios como The Verge interpretan estas palabras como un posible acercamiento de Xbox al mundo del PC gaming. Microsoft podría unir todavía más Windows y Xbox, creando una consola capaz de ejecutar juegos de ambos entornos con pocos ajustes.
El enfoque premium parece innegable. Bond aseguró que la compañía aprende constantemente del rendimiento de las actuales Xbox Ally. Esto podría derivar en nuevas gamas de dispositivos con distintos niveles de potencia y precio.
El objetivo es claro: crear un ecosistema más potente, flexible y conectado. Xbox quiere competir en el terreno de los PC de alto rendimiento, sin perder su identidad gamer. Puede que el precio no sea para todos, pero si cumple lo prometido, será la Xbox más ambiciosa hasta ahora.