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Gabe Newell entra al terreno de los chips cerebrales para competir con Neuralink y Elon Musk

Gabe Newell chips cerebrales

Valve, la compañía detrás de Steam y de algunos de los videojuegos más influyentes de la historia del PC, está a punto de dar un paso inesperado hacia el futuro de la neurotecnología. Su CEO, Gabe Newell, ha anunciado la creación de Starfish Neuroscience, una startup que planea desarrollar un chip cerebral funcional para finales de 2025. Con esto, Newell se posiciona como un nuevo competidor en el campo dominado actualmente por Neuralink, la compañía fundada por Elon Musk.

Un nuevo jugador en el sector de la interfaz cerebro-máquina

Aunque pueda sonar a ciencia ficción, los chips cerebrales ya son una realidad. Durante años se han utilizado en entornos de investigación y, más recientemente, en humanos. Elon Musk acaparó titulares cuando Neuralink logró que un paciente paralizado pudiera controlar un videojuego con la mente. Sin embargo, Neuralink no fue la primera empresa en lograr este hito, y la competencia internacional, especialmente desde China con su chip Beinao-1, demuestra que el interés por esta tecnología está en auge.

Lo sorprendente es que Valve ha mostrado interés en la interfaz cerebro-computadora desde hace tiempo, aunque su trabajo en el área ha sido más discreto. Ahora, con el respaldo de Starfish Neuroscience, Gabe Newell busca convertir esa visión en un producto tangible.

Starfish Neuroscience: una propuesta más eficiente y menos invasiva

El chip cerebral que desarrolla Starfish Neuroscience se distingue por su diseño compacto y bajo consumo energético. Según Nate Cermak, neuroingeniero de la compañía, el chip mide apenas 2 x 4 mm, consume solo 1,1 mW y está fabricado con tecnología de 55 nm por TSMC. Además, es menos invasivo que otros implantes y permite acceder simultáneamente a múltiples regiones cerebrales.

El dispositivo cuenta con 32 puntos de conexión para electrodos, y es capaz de registrar picos neuronales y emitir pulsos bifásicos. Toda esta información puede transmitirse a través de una interfaz inalámbrica de bajo ancho de banda, lo que facilita su integración en aplicaciones prácticas.

En comparación, el chip N1 de Neuralink incluye 1.024 electrodos distribuidos en 64 hilos que se insertan en el cerebro, y requiere un consumo energético de alrededor de 6 mW, casi seis veces más que el modelo de Starfish.

Un desarrollo acelerado con visión comercial

El objetivo de Gabe Newell es lanzar el chip al mercado antes de que finalice 2025, lo que implicaría un ritmo de desarrollo considerablemente más rápido que el que ha seguido Neuralink. Una vez logrado el prototipo funcional, la siguiente fase será establecer alianzas con empresas interesadas en comercializar la tecnología para aplicaciones médicas, tecnológicas y, posiblemente, incluso de entretenimiento.

¿El futuro de los videojuegos con el poder de la mente?

Si bien por ahora el proyecto tiene un enfoque neurocientífico, no deja de ser interesante pensar en las implicaciones que podría tener una tecnología como esta en el ámbito de los videojuegos. Con la experiencia de Valve en la industria y su historial de innovación, la posibilidad de experiencias interactivas controladas directamente por el cerebro deja de parecer una fantasía lejana.