El mercado de las consolas atraviesa un giro histórico: por primera vez, el precio de los sistemas aumenta con los años en lugar de bajar. Lo que antes era una estrategia para atraer nuevos jugadores tras el lanzamiento ahora parece cosa del pasado, y tanto Sony como Microsoft están marcando un precedente que podría transformar para siempre la forma en que compramos hardware.
Las consolas ya no son más baratas con el tiempo



Si antes podíamos esperar pacientemente a que el catálogo madurara y los precios cayeran, hoy la historia es distinta. La PS5, que debutó a 499 dólares, se vende ahora por 549 dólares; y la Xbox Series X pasó de 499 a 599 dólares. Incluso la Series S, la opción más económica, escaló hasta 380–429 dólares, una cifra difícil de justificar.
Las razones son múltiples: inflación, aranceles y estrategias de negocio más agresivas. Pero lo preocupante es que esta tendencia podría repetirse con la PS6 y la futura Xbox Magnus.
Exclusividades en declive, servicios en auge



El panorama también cambia en cuanto a juegos. Sony y Microsoft se han dado cuenta de que la exclusividad ya no garantiza ventas millonarias. Cada vez más títulos llegan de forma cruzada a distintas plataformas, y la apuesta parece estar en servicios online, ecosistemas más abiertos y hardware diferenciado. Mientras Sony apunta a consolas más accesibles y equilibradas, Microsoft planea un asalto más ambicioso y caro, con retrocompatibilidad total y compatibilidad con Steam y GOG en algunos modelos.
Xbox Magnus: potencia bestial, pero a precio premium

Según filtraciones, Xbox Magnus integrará la APU “Magnus” de AMD en todas sus versiones, con un hardware tan robusto que situará su precio muy por encima del de la PS6. Además, Microsoft estaría preparando una Xbox Magnus PC, más abierta y personalizable, casi un “PC de salón” con retrocompatibilidad limitada pero acceso directo a bibliotecas como Steam.
Por su parte, Sony optaría por un chip más compacto y económico, con menos potencia bruta, pero con mejoras como SuperSampling y Path Tracing, buscando mantener el equilibrio entre precio y rendimiento.
¿Qué nos espera en 2027?
Todo apunta a que 2027 será un año de quiebre: dos filosofías opuestas marcarán el futuro de las consolas. Sony seguirá apostando al equilibrio, mientras Microsoft se lanza de lleno a un modelo premium que difumina la línea entre consola y PC.
El jugador será quien decida qué camino dominará: el de la accesibilidad o el de la potencia sin concesiones. Y mientras tanto, Nintendo sigue rompiendo récords sin sumarse a esta guerra de precios.