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El caso que reabre el debate: un Intel Core i9-13900K reacondicionado falla en menos de 24 horas

Intel Core i9-13900K

Las series Core 12, 13 y 14 de Intel llevan tiempo en el punto de mira. Lo que empezó como un símbolo de rendimiento extremo terminó revelando un problema grave: la electromigración, un fallo que puede degradar el chip hasta volverlo inestable.

Un creador de contenido decidió probar un Intel Core i9-13900K reacondicionado, y el resultado fue decepcionante. En menos de 24 horas, el procesador comenzó a mostrar pantallas negras, bloqueos y reinicios. Todo esto ocurrió incluso respetando los límites de consumo que recomienda Intel.

El i9-13900K debutó como la joya de la arquitectura Raptor Lake. Su combinación de núcleos de rendimiento y eficiencia le permitió dominar los benchmarks y ofrecer un rendimiento sobresaliente en juegos. Sin embargo, su elevado consumo —más de 300W en algunas placas base— acabó afectando su fiabilidad a largo plazo.

Intel lanzó actualizaciones de microcódigo y guías para limitar el voltaje. Pero el daño ya estaba hecho. Muchos chips habían sufrido un estrés eléctrico extremo antes de recibir las correcciones.

Este problema convierte al mercado de segunda mano en un riesgo. Algunas unidades parecen funcionar bien, pero están degradadas internamente. Cambiar la memoria o reinstalar el sistema no soluciona nada; el daño es físico y permanente.

Los foros de hardware están llenos de casos similares. Varios usuarios reportan fallos en procesadores Core i9-13900K y Core i7-14700K, incluso después de aplicar las configuraciones seguras. Aunque Intel intenta controlar la situación, el problema sigue afectando a quienes compran procesadores reacondicionados.

La gran pregunta es si vale la pena arriesgarse. En un momento donde la eficiencia y la fiabilidad importan tanto como los FPS, tal vez sea hora de que Intel priorice la estabilidad sobre la potencia.