Mientras muchos países todavía batallan por desplegar el 5G en condiciones reales, China ya está probando lo que será el próximo gran salto en conectividad móvil: el 6G. Y no es un concepto en papel. China Mobile ha logrado un hito que parece sacado de ciencia ficción: descargar 50 GB en apenas 1,4 segundos. Sí, leíste bien. En lo que te toma abrir una app, ellos ya descargaron un videojuego entero.
Este logro no es producto del azar. China Mobile, el titán asiático de las telecomunicaciones, ha invertido más de 5.400 millones de dólares en investigación y desarrollo para llegar a este punto. Durante la Conferencia de Internet de China 2025, no solo presentaron su demo, sino que también lideraron proyectos clave en la definición de las 10 tecnologías fundamentales que darán forma al ecosistema 6G.
Velocidades que dejan al 5G en pañales
La prueba de laboratorio reveló velocidades cercanas a los 300 Gbps, aunque en escenarios reales, considerando protocolos, latencia y otras pérdidas, el flujo real podría acercarse a los 360 Gbps. Para ponerlo en perspectiva: eso es hasta 36 veces más rápido que la mejor versión del 5G actual, que en condiciones ideales apenas roza los 10 Gbps. Imagina lo que eso significaría para jugar en la nube sin esperas, transmitir en 16K o descargar una biblioteca de Steam en segundos.
China ya había marcado un récord global en 2022 al alcanzar más de 206 Gbps en laboratorio usando frecuencias en terahercios. Un año después, Japón intentó seguir el ritmo, pero con resultados mucho más discretos. Y del otro lado del Pacífico, Estados Unidos aún va rezagado en esta carrera. La balanza tecnológica, al menos en conectividad, está claramente inclinada hacia el gigante asiático.
Más allá de las descargas ultrarrápidas
El impacto del 6G va mucho más allá del entretenimiento. Hablamos de un cambio radical en cómo interactúan los dispositivos. Inteligencia artificial operando en tiempo real, coches autónomos más precisos, ciudades inteligentes que procesan datos en milisegundos, e incluso experiencias de realidad mixta sin cortes ni compresión. Para los amantes del gaming, eso podría traducirse en latencias casi imperceptibles, multijugador global fluido y un nuevo estándar en juego en la nube.
Sin embargo, no todo son fuegos artificiales. El uso de frecuencias extremadamente altas —como las mmWave o terahercios— implica desafíos técnicos serios. Su alcance es corto y la señal puede deteriorarse fácilmente si no hay línea de vista clara. Esto obliga a un despliegue masivo de antenas, lo que se traduce en altos costes para las operadoras. Por eso, mientras China planea su lanzamiento oficial en 2030, otras regiones como Europa podrían tardar varios años más en subirse al tren.
China, años por delante en la carrera móvil
La diferencia de ritmo es clara: en octubre de 2019, 50 ciudades chinas ya tenían cobertura 5G, mientras que en Europa el despliegue comercial completo no llegó hasta 2022. Y si hablamos de 5G “auténtico”, sin depender del 4G, en España no lo vimos hasta 2023, con un despliegue limitado a ciertas ciudades. En cambio, China no solo dominó la implementación del 5G, ahora también lidera el desarrollo del 6G.