pcprokey.com

¿Cambio de gráfica? Mejor ten un cable nuevo a la mano: los riesgos silenciosos de las RTX 50 con fuentes veteranas

RTX 5000 cambiar cable

La nueva generación de tarjetas gráficas NVIDIA RTX 50 está levantando pasiones… y también algo de humo, literalmente. Si bien su potencia es innegable, el drama silencioso se esconde en los cables de alimentación y, más preocupante aún, en las fuentes de poder que ya llevan unos cuantos años encima. La escena entusiasta empieza a tomar nota: cambiar de gráfica con frecuencia podría estar comprometiendo tu PSU más de lo que imaginas.

El caso que encendió las alarmas (otra vez)

Un usuario, como muchos de nosotros —curioso, exigente y con la cartera lo bastante generosa como para probar varias joyas de silicio— fue víctima de una sorpresa desagradable: tras cambiar entre varias GPUs de gama alta, su fuente FSP Hydro G PRO de 1000W dijo basta. ¿El culpable? El conector que va del PSU a la tarjeta quedó dañado, mientras que la RTX 5080 salió ilesa. Parece un detalle menor, pero el trasfondo preocupa.

Este tipo de incidentes no son nuevos, pero lo llamativo aquí es que no hubo sobrecarga aparente, ni mala instalación, ni siquiera un uso inadecuado. Solo el desgaste progresivo de un cable que ha estado sometido a ciclos de conexión y desconexión constantes, con GPUs que rozan los límites del consumo, especialmente si llevan algo de overclock.

¿Un solo cable para todas tus gráficas? Error de novato

Una RTX 4090 ya podía alcanzar picos fugaces cercanos a los 800W, y eso que estamos hablando de milisegundos. Pero basta que una fuente antigua no tenga los conectores más modernos (como el PCIe 5.0 de nueva generación) o que lleve varios años a cuestas, para que las cosas se pongan feas. Lo más sensato, aunque ni NVIDIA ni los fabricantes lo griten a los cuatro vientos, es renovar el cable cada vez que actualizas la GPU. Sí, cada vez. Así de simple.

Este consejo no es nuevo, pero empieza a cobrar más fuerza a medida que los foros se llenan de casos similares. Lo que antes parecía una medida preventiva ahora se está volviendo prácticamente obligatoria, sobre todo si tu fuente no fue diseñada para convivir con las exigencias térmicas y eléctricas de una RTX 5070 Ti o superior.

Más allá del cable: cuando la fuente también se degrada

No solo el cable sufre. Con el tiempo, los rieles internos de la fuente también se degradan. En configuraciones con doble conector, se han visto casos donde uno de los puertos muestra síntomas de inestabilidad —reinicios, congelamientos, glitches gráficos— mientras el segundo sigue funcionando sin problemas. Una especie de “fatiga electrónica” que no deja huellas visibles, pero que golpea fuerte al rendimiento.

Y aunque no es algo exclusivo de las RTX 5080, ya hay reportes similares en modelos más contenidos como las RTX 5070 Ti. Esto desmonta el argumento de que “todo es culpa del consumo extremo”, y nos obliga a mirar más de cerca el ecosistema completo del setup.