La beta abierta de Call of Duty: Black Ops 7 está dando mucho de qué hablar, y no solo por sus intensos combates. Activision asegura que, gracias a Ricochet y a TPM 2.0 con Secure Boot de Windows 11, pueden detectar y expulsar al 97% de los tramposos en menos de 30 minutos. Esta combinación promete partidas más justas y competitivas desde el primer momento.
Call of Duty se ha convertido en una franquicia legendaria. Desde Modern Warfare 2, la saga ha superado los 20 millones de copias, y títulos como Black Ops 3 llegaron a 42 millones. Sin embargo, los hackers han sido un problema constante. Ahora, la tecnología de Activision apunta a cambiarlo.
Según la compañía, menos del 1% de los tramposos logra entrar a una partida. Aquellos que lo consiguen son expulsados en minutos. El equipo de Ricochet realiza análisis en tiempo real. Gracias a esto, actúan de inmediato y mejoran la experiencia para jugadores legítimos.
Además, Activision continúa cerrando cuentas de desarrolladores y vendedores de trampas. Desde Black Ops 6, han bloqueado a más de 40 distribuidores. Este control ayuda a mantener las partidas más limpias y equilibradas.

No todo ha sido perfecto. La beta incluye una racha de bajas con un rifle francotirador que permite disparar a través de paredes, un guiño polémico que algunos comparan con un wallhack legal. Aun así, la comunidad reconoce que la protección contra tramposos es más fuerte que nunca.
En comparación con la competencia, Battlefield 6 lidera en cantidad de jugadores en la beta. Sin embargo, Black Ops 7 apuesta por la seguridad y la justicia en cada partida. Puede que no tenga la mayor cantidad de usuarios, pero sí ofrece un entorno más limpio y competitivo.