AMD vuelve a la carga con un plan tan ambicioso que parece sacado de un tráiler de E3: las nuevas arquitecturas Medusa Halo y Halo Mini, pensadas para redefinir la experiencia en portátiles gaming a partir de 2027. Lo que hasta hace poco eran simples rumores ahora empieza a tomar forma, y la verdad es que los números que se manejan son dignos de levantar cejas incluso en las oficinas de Intel y NVIDIA.
Una estrategia de unificación que cambia las reglas del juego
El movimiento de AMD no es un simple ajuste generacional: la compañía quiere unificar su ecosistema de chips para que CPU y GPU puedan convivir bajo un mismo diseño flexible. Esto significa que los fabricantes podrán incluir o retirar chiplets según lo necesiten, adaptando configuraciones a distintos modelos sin disparar los costes. Una especie de “modo Lego” para procesadores, que recuerda a la filosofía modular que Intel intenta aplicar con sus Tiles, pero con el toque agresivo de AMD.

Halo Mini: la gama media que apunta directo al corazón del gaming portátil
El modelo Medusa Halo Mini llega con todo para cubrir el segmento intermedio de portátiles. Montará un CPU híbrido con 14 núcleos (4 Zen 6, 8 Zen 6c y 2 de bajo consumo), acompañado de una GPU PTX 1050 XT con arquitectura AT4. Estamos hablando de 24 Compute Units bajo RDNA 5, 10 MB de caché L2 y un bus de 128 bits con memoria LPDDR5X. ¿Qué significa esto para los jugadores? Que en 2027 podremos mover sin problemas los grandes títulos del momento en 1080p con calidad media, algo que hasta ahora suele ser un punto flaco en equipos de gama media.
Halo: la joya de la corona para portátiles premium
La verdadera artillería llega con el Medusa Halo a secas. Este chip de gama alta no solo será retrocompatible con el socket FP12 de Strix Halo, sino que además incorpora una configuración brutal: 24 núcleos Zen 6 + 2 núcleos de bajo consumo, acompañados de una GPU PTX 1060 XT con AT3, nada menos que 48 CU, 20 MB de caché L3 y un bus de 384 bits con memoria LPDDR6. Traducido al idioma gamer: potencia de sobremesa en un portátil.
Lo más llamativo es que AMD permitirá a los OEM decidir si suman o no un chiplet adicional de 12 núcleos, lo que abre la puerta a configuraciones personalizadas según el rango de precio y las necesidades de cada fabricante. Flexibilidad máxima para que ningún portátil se quede corto.
Un golpe directo a la competencia
Mientras Intel apuesta todo a Nova Lake y NVIDIA mantiene su reinado gráfico con las RTX, AMD parece haber encontrado la fórmula para atacar en ambos frentes. De hecho, si recordamos que Xbox Magnus ya trabaja con la arquitectura AT2, la estrategia cobra aún más sentido: un ecosistema unificado en CPU y GPU que abarque desde consolas hasta PC y portátiles, algo que ninguna otra compañía ha logrado con tal solidez.
¿El inicio de una nueva era gamer?
Con este movimiento, AMD no solo quiere competir: quiere arrasar. Portátiles con gráficos al nivel de un sobremesa, escalabilidad flexible y la promesa de llevar su 3D V-Cache 3.0 a configuraciones futuras en PC. Todo indica que Lisa Su y su equipo tienen claro el objetivo: no dejar margen a Intel ni a NVIDIA.
Para los jugadores, esto significa algo simple: más opciones, más potencia y probablemente una batalla de precios que nos favorecerá. Y seamos sinceros… ¿quién no sueña con un portátil capaz de correr lo último en gráficos sin pedir perdón por el consumo o la refrigeración?