El mundo del gaming en PC podría estar a punto de vivir un nuevo punto de inflexión, cortesía de AMD. Según información filtrada por Kepler_L2 —una fuente que rara vez falla en sus predicciones—, la próxima generación de gráficas Radeon llegará con un cambio radical: un incremento masivo en el número de núcleos y una arquitectura gráfica completamente renovada. ¿El resultado? Una apuesta seria para volver al ruedo contra NVIDIA, ahora con todas las cartas sobre la mesa.
Aún sin un nombre oficial, estas GPU están planeadas para 2026 y todo apunta a que marcarán el verdadero inicio de una nueva era para AMD. El salto arquitectónico podría tomar el nombre de RDNA 5 o incluso UDNA, una evolución que suena ambiciosa desde el nombre. Pero más allá del marketing, lo que entusiasma es la promesa: rendimiento de verdad, con cifras que por fin podrían romper la racha de tropiezos que arrastraba la compañía.
Después del tropiezo, llega el golpe sobre la mesa
La actual generación RX 9000 no logró sacudir al mercado como se esperaba. De hecho, en varios frentes se quedó por detrás de su antecesora, la RX 7000. Un déjà vu que muchos compararon con el caso de los Intel Core Ultra, que apostaron por eficiencia y temperaturas a costa del rendimiento puro. Pero AMD no piensa repetir el mismo error dos veces: lo que viene es un rediseño total con el foco donde debe estar —en la potencia bruta, sin perder de vista la eficiencia.
Y es que, si las filtraciones se confirman, la nueva Radeon tope de gama podría contar con hasta 96 unidades de cómputo, lo que se traduce en 6.144 núcleos Stream. Estamos hablando de un 50% más de núcleos que la RX 9070 XT. Y no solo eso: se espera que este monstruo venga acompañado de hasta 32 GB de memoria GDDR7, con una interfaz de 384 bits. Sí, suena como un rival serio incluso para la gama alta de NVIDIA.
Tres niveles, una misma revolución
AMD no se ha olvidado de los gamers que buscan equilibrio. La gama media llegaría con 64 CU, igualando los 4.096 núcleos Stream de la actual 9070 XT, pero con una arquitectura más moderna, eficiente y preparada para exprimir cada watt. Todo apunta a que este segmento integrará también memoria GDDR7, con opciones de 16 o 24 GB, y una interfaz de 256 bits.
En el extremo inferior, la gama de entrada no se queda atrás: 2.048 núcleos, memoria GDDR7 y entre 8 y 12 GB de VRAM. Nada mal para jugadores que priorizan relación calidad-precio, especialmente si el precio acompaña y AMD mantiene su estrategia agresiva en este frente.
Ray Tracing dopado con IA y un 20% más de músculo bruto
Lo mejor está en los detalles técnicos. AMD no solo quiere impresionar con números inflados: la nueva arquitectura promete un 20% de mejora en IPC (instrucciones por ciclo) para tareas de rasterizado, y una duplicación del rendimiento en Ray Tracing, gracias a motores de IA y RT Cores optimizados. Además, con la llegada de la memoria GDDR7 —una generación más tarde que NVIDIA, pero quizás mejor ejecutada—, el ancho de banda también se verá potenciado. En resumen: más núcleos, más velocidad y más inteligencia.