Cuando uno invierte en una bestia gráfica como la RTX 4090 o una futura 5090, lo último que esperaría es que un simple cable ponga en riesgo toda la experiencia. Y sin embargo, eso está ocurriendo: conectores que se sobrecalientan, se deforman… y, en el peor de los casos, se funden. Sí, literalmente.
¿La potencia tiene un precio? Parece que sí.
Las gráficas de gama ultra han alcanzado niveles de consumo energético que hace una década parecían ciencia ficción. El nuevo estándar de conector 12V-2×6, diseñado para alimentar hasta 600 W, ha traído consigo más problemas que soluciones. Aunque sobre el papel suena a mejora, en la práctica se ha convertido en una fuente potencial de pesadillas para entusiastas del PC.
Cada pin de este conector trabaja al límite, sin demasiado margen de error. Si tu fuente de alimentación no está a la altura o si el cableado sufre una mala inserción, la temperatura se dispara. El resultado: conectores derretidos y tarjetas gráficas que pueden quedar inservibles. Una auténtica tragedia si consideramos lo que cuesta una RTX 5090 en el mercado actual.
¿Recuerdas los viejos conectores PCIe? ¡Qué tiempos aquellos!
Los tradicionales cables de 6 y 8 pines no eran perfectos, pero rara vez protagonizaban un drama térmico. Su robustez y generoso margen de seguridad los hacían fiables incluso en sesiones de gaming extremo. Con las nuevas GPUs, sin embargo, estamos ante un delicado equilibrio donde cualquier descuido puede salir muy caro.
¿Y qué pasa con AMD?
Aunque en el universo Radeon este tipo de conectores es poco común, algunas joyas como la RX 9070 XT Nitro+ sí los integran. La buena noticia es que, al consumir solo 330 W, el riesgo de desastre disminuye notablemente. Menos potencia, menos calor. A veces, menos es más.
Las marcas reaccionan… más o menos
ASUS, por ejemplo, ha decidido ponerle algo de cabeza al asunto. Su ROG Astral RTX 5090 incluye un sistema de monitoreo que detecta desequilibrios en la corriente. Gracias al software GPU Tweak, puedes recibir alertas en tiempo real si algo no va bien. Pero ojo: este sistema solo avisa, no corrige. Así que si algo falla, dependerá de ti evitar el incendio.
¿Qué puedes hacer para evitar un susto?
Aquí van algunos consejos clave que todo gamer serio debería seguir:
- Elige bien tu fuente de poder. Nada de marcas dudosas ni componentes reciclados. Apuesta por modelos ATX 3.0 o 3.1 certificados, con buena ventilación y protecciones activas.
- Cuida el montaje. Inserta bien los conectores, sin forzar ni doblar cables, sobre todo cerca del conector (menos de 35 mm puede ser fatal).
- Monitorea tu sistema. Herramientas como Wireview Pro de Thermal Grizzly pueden salvar tu GPU de un desastre. Incluso hay versiones caseras creadas por la comunidad para mantener los conectores bajo vigilancia.
- Evita mover los cables una vez conectados. Un mal acople puede parecer corregido al reconectar, pero muchos casos de fusión ocurren precisamente tras manipular el cable una segunda vez.
¿Y el futuro?
La solución definitiva vendrá de los gigantes del hardware: toca rediseñar el estándar 12V-2×6 desde cero, aumentando el factor de seguridad y añadiendo control activo de corriente por pin. Hasta que eso ocurra, los usuarios de tarjetas de alta gama tendrán que seguir montando sus PCs como si estuvieran armando un cohete espacial: con precisión milimétrica y sin margen para el error.
