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20 años después, el Intel Pentium Extreme Edition 980 vuelve a la vida

Pentium Extreme Edition 980

Han pasado dos décadas desde que Intel cerró la era Pentium Extreme, pero la historia aún guarda sorpresas. Un usuario de Reddit ha descubierto una joya que jamás llegó a las tiendas: un misterioso Intel Pentium Extreme Edition 980, una CPU de la que ni siquiera existen registros oficiales.

El hallazgo se dio a conocer gracias a una muestra de ingeniería —una de esas unidades creadas para pruebas internas— que nunca se lanzó al mercado. Mediante la herramienta CPU-Z, el entusiasta logró identificar su arquitectura: NetBurst, la misma que dio vida a los legendarios Pentium 4, Pentium D y los modelos más ambiciosos de la familia Extreme Edition.

Lo curioso es que, al principio, el chip solo mostraba una palabra garabateada con marcador: Presler, junto a su frecuencia de 4,0 GHz. Poco después, las capturas en CPU-Z confirmaron que estábamos frente a un procesador de doble núcleo con cuatro hilos, los primeros pasos del Hyper-Threading en chips domésticos. Todo indica que este prototipo se fabricó en 2005, bajo un proceso de 65 nanómetros, cuando el consumo y la temperatura aún eran una batalla abierta.

Una rareza de transición tecnológica

El Pentium Extreme Edition 980 representaba la cúspide de la arquitectura NetBurst, pero también su canto del cisne. Su desarrollo coincidió con la inminente llegada de los Intel Core 2 Duo, procesadores mucho más eficientes que redefinieron el rendimiento por vatio. Por eso, este modelo nunca salió de los laboratorios: su TDP probablemente superaba los 130 W, una cifra insostenible frente a los nuevos chips que consumían casi la mitad ofreciendo un 50% más de rendimiento.

Para ponerlo en perspectiva, el Pentium Extreme Edition 965, el último en ver la luz, alcanzaba 3,73 GHz y ya se consideraba extremo en todos los sentidos. Cuando el Core 2 Extreme X6800 apareció, con solo 75 W de consumo y 9.000 puntos en Cinebench R10 frente a los 6.000 del 965, la transición fue inevitable.

El tesoro de un coleccionista

El descubrimiento también atrajo a exempleados de Intel, uno de los cuales confesó conservar varias de estas muestras inéditas. Aunque no pueden venderse oficialmente, estos procesadores son piezas de museo para los amantes del hardware retro, y el debate sobre su valor de colección ya está abierto.

En el fondo, el Pentium Extreme Edition 980 simboliza el final de una época: un recordatorio del momento en que la potencia bruta cedió su trono a la eficiencia inteligente. Y para los nostálgicos del silicio, encontrar uno de estos chips perdidos es como desenterrar un fósil tecnológico… brillante y perfectamente intacto.